Alebrijes

Ignoramos el sentido del alebrije, como ignoramos el sentido del universo, pero algo hay en su imagen que concuerda con la imaginación de los hombres, y así el alebrije surge en diferentes latitudes y edades. Es, por decirlo así, un monstruo necesario, no un monstruo efímero y casual como la quimera o el catoblepas.
                               (Jorge Luis Borges, manual de zoología fantástica)


Escribir sobre el alebrije es más que mencionar una artesanía, ya en sí, es un ser que vive en todo el inconsciente colectivo, no solo del mexicano, sino de todo el mundo. Con el avance tecnológico que nos brinda esta nueva era, esa parte de identidad de nuestra cultura, ha llegado a todo el planeta.

La historia del alebrije como figura individual, tiene orígenes tan antiguos como la humanidad misma. Es la criatura que emana de la imaginación de unos cuantos visionarios que han sido trasportados a mundos diferentes, mundos de sombra y muerte, pero a la vez, de vida y color

Esos visionarios, muchas veces en agonía, sueños o inspiración, han regresado airosos de aquella aventura surrealista que transforma, no solo su entorno personal, si no la realidad de naciones enteras.

No hay, pueblo, reino o país que escape a esa realidad de monstruos y mundos fantásticos, de los cuales, se han alzado y derribado civilizaciones enteras ¿O será obra de la casualidad, que en todas las culturas registradas por nuestra historia se haya esculpido, pintado y escrito sobre seres venidos de otros mundos? Y no solo de las estrellas, si no de una realidad más cercana… la humana y su propio mundo interno.


Aquel tocado por monstruos y rarezas “de otros lados” tiene la necesidad de traerlos a un plano más cercano llamado realidad, es solo a través de ese proceso, en el cual, la imaginación y las manos humanas se vuelven el medio de vida de aquellas figuras de pesadilla y luz. Es la habilidad del artista y del artesano, recrear con los medios que disponga, a esos seres que visitan su interior.


Y es aquí donde el aprendizaje y el dominio de la materia definirán la apariencia de aquellos seres destinados, a ser admirados por todo ojo curioso que se cruce en su camino. Ha sido aquel monstruo “el alebrije” capas de viajar por el tiempo y las edades, para seguir resurgiendo de infinitas formas y colores. No es el humano el que se olvidara del alebrije, es este quien regresa continuamente para reclamar su digno lugar en la historia.

Con engrudo, alambre, papel, madera y pinturas, el artista ha sellado el destino del alebrije. son estos los medios con los que este llega a la vida, y con su sola presencia, nos invita a estar en su mundo, donde el color y la rareza motivan su existencia.

Puede que las tradiciones más arraigadas y el miedo a lo desconocido, hayan logrado distorsionar lo que conocemos como inframundo, ya que toda manifestación de aparente terror, esconde una mística de fascinación, este es el caso de los monstruos, que en nuestro imaginario, llamamos alebrije, dibujado, pensado y esculpido con los más nobles materiales y la más horrenda belleza, que solo se da en esta tierra de serpientes y dragones, de la tierra de los hijos de las estrellas, de una tierra llamada México, cuna y hogar del alebrije.








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